Pinamar (por Sergio Michnowicz).- La cantante Micaela Rosales fue seleccionada para participar en la gran final del Festival de la Canción Italiana, evento que comenzó este miércoles y al cierre de la presente edición se llevaba a cabo la ronda definitiva en el Teatro Coliseo Podestá de La Plata. Detalles Un jurado de notables como Valeria Lynch, María Elena Morette, Coky Ramirez, Jorge Luna, Juan Pablo Skrt y el público eligieron a los 10 participantes que cantarán en la Gran Final. Además de Micaela lo harán Sergio Casco, Facundo Vallejos, Oscar Patiño, Mariano Segalla, Romina Cecchettini, Osvaldo Primo, Santiago Mirande, Emiliano Trillo Kurtz y Martín Guas. Todos ellos, venidos de distintos puntos del país, fueron pasando varias etapas a lo largo del año hasta llegar a la gran noche. El ganador viajará una semana a Roma, con todo pago, además de presentaciones en la península. "Fue un trabajo duro llegar acá" comentó Micaela a Radio Power. "Tuve la suerte de conocer varios participantes después, y para ellos no era tan complicado. Escuchaban el tema y al tener el conocimiento de la música italiana se les hacía refácil. Lo mío fue aprender todo de cero. Por ejemplo "Caruso" si bien la conocía, no tenía idea ni de la letra ni el idioma. Lo mismo me pasó con "Víveme", porque el italiano lo conozco más por fonética que por otra cosa..." - ¿Las canciones te las dieron los organizadores o vos las elegiste? - Lo que fue "Caruso" me ayudó mi papá a elegirlo y lo aprendimos con mi hermana. Fue el tema que preparé en tres semanas y lo presentamos en la primera audición. Ni bien pasé, elegí "Víveme" (de Laura Pausini) y tardé dos días. Y con este tema que me asignaron ahora tardé tres horas (risas). - Te gusta el italiano... - Me encanta. Es más, lo quiero aprender porque es alucinante. Una historia especial Micaela tiene 22 años, y cuenta que el gusto por la música vino desde siempre. "Es algo que lo tengo en el alma. A los 11 años empecé a cantar; estudiaba en Mar del Plata y de la misma escuela donde cantaba en los actos me llevaban al Teatro Colón. Recuerdo que era muy chica, y me ofrecían que lo hiciera en los espectáculos de allí; siempre fueron de invitarme. Y hace 12 años comencé a tomar en serio la música." - ¿Tuviste profesores? - Tanto en Mar del Plata como en Pinamar estuve en coros. Tuve sí algunas clases con Diego Rueda, que me ayudó en lo que fue canto, pero lo mio fue más de cararrota (risas). Pero para cantar, me gusta saber bien la historia de la letra para darle sentimiento. La magia de su voz compensa con aquel otro sentido que no cuenta. Micaela es no vidente, pero eso no le impide relacionarse con otra gente, compartir en familia, cantar ante el público. "Yo nací viendo" cuenta serena. "Mi mamá estaba de 7 meses y cuando nací le dijeron a mis papás que no iba a tener vida. Pesaba 800 gramos, no tenía los pulmones bien formados, y a mi papá le dijeron que era cuestión de horas que yo no iba a vivir. Obviamente, él me dijo que me escuchaba llorar y ahogarme, y le daba impotencia. Se empezó a mover como para que hagan algo y me pusieron en una incubadora en el Garraham." "Pero mi problema de vista surge por mala praxis, porque no me protegieron los ojos. El oxígeno que me mantenía la respiración, mas la luz que está sobre la incubadora, me dañaron totalmente la retina de los dos ojos. Pude recuperar un poco el ojo izquierdo pero a los cinco años lo pierdo totalmente. Y en el derecho tengo visión-bulto." - Con el tiempo te fuiste adaptando... - Si. ¿Si existe la posibilidad de operarme? No. De hecho la situación empeoró porque estoy perdiendo visión hasta el punto que me cuesta hacer todo. En un punto, si bien uno tiene un resto de visión, el porcentaje al que uno está acostumbrado se va perdiendo. Me despertaba a la mañana y me decia, bueno será cuestión de la luz o porque recién me levantaba, pero con el tiempo me empecé a dar cuenta que todo me costaba más. "De hecho estoy yendo dos veces por semana a Mar del Plata para rehabilitarme, como que me están acostumbrando a que los ojos ya no los puedo usar más. Pero lo vamos llevando bastante bien, y yo quiero salir adelante. Tengo el apoyo de mi familia, de mis amigos, de Uli (Ulises Acevedo, su novio) y gracias a Dios no decaigo." Su sonrisa vuelve cuando habla de Ulises, un chico no vidente como ella pero que la acompaña en todo. Y muestra su anillo. "Este 5 de octubre cumplimos un año de novios. ¿Para el casorio? ¡Eso falta! (risas)" cuenta divertida. - ¿Y el disco?¿Para cuándo? - Esa misma pregunta me hago también (risas). Uno de los premios del Festival es grabar un disco, pero si no es aquí será en otro momento. Tengo preparados muchos temas, y me gusta mucho el género melódico. Pero tengo un repertorio de todo. Pero en la familia Rosales todos cantan. "Mi papá nos llevó a varios casting. Y digo nos llevó porque mi hermana mayor también canta, pero tiene pánico escénico (risas). De hecho somos seis y cuatro cantamos. Las otras tres son más timidonas." Un dato. Ella sostiene que "el canto es mi vida, y si no se da voy a empezar a abrir puertas. Además tengo pensado algo que por ahora no se está dando: soy intérprete de lenguaje de señas, que si bien lo aprendí no tengo un título que me reconozca. Necesito estudiarlo." - Son muy pocos los que tienen ese aprendizaje... - Sí, y lo hago con mucha pasión. De hecho, me habrán visto en las escuelas primarias enseñanado porque me gusta utilizarlo más como inclusión, como una manera para que las personas aprendan a comunicarse con otros. - ¿Te han discriminado? - SI. Tuve una infancia muy complicada que me costó mucho superarla. De Mar del Plata nos fuimos a los 12 años porque no daba para más, estaba muy afectada. Hoy de grande tengo otra visión, suele pasar que te hacen comentarios, que la gente se te queda mirando, pero yo voy siempre con la frente bien en alto.