29/01/2015 - ESPECTÁCULOS / TEATRO DE LA TORRE
El elenco y los secretos de “La casa de Bernarda Alba” (1ª Parte)

Un clásico adaptado por el talentoso José M. Muscari, y un innovador García Lorca transgrediendo en esa época de una España violenta y hostil, donde el rol de la mujer era de por sí conflictivo. El elenco de esta obra afronta la responsabilidad de radiografiar una época y una sociedad, y transmitirla con el cuerpo y con la voz. El domingo 1º de febrero, a las 22, se presenta en el Teatro de la Torre.


(Colaboración: Paola Ippolito) El elenco es diverso y la versatilidad de cada una es un éxito en sí mismo. La puesta tiene un eje que se sostiene pero a su vez cuenta con toques exclusivamente personales. “La casa de Bernarda Alba” es la historia de nueve mujeres que viven encerradas en la misma casa. La comanda Bernarda, que luego de su segunda viudez arrastra a sus hijas a un luto absurdo y a un conflicto permanente entre ellas. El factor desencadenante del mayor conflicto es el enamorado de Angustias y amante de su hermana, que si bien no aparece, tiene una tácita presencia en toda la obra. Testigos vitales de la bomba a punto de estallar son las criadas y la descollante y excepcional Adriana Aizenberg en el rol de la abuela desquiciada, quien tiene mayores ratos de lucidez que todo el resto. Un vocabulario moderno e informal para los insultos que son moneda corriente en los ataques que plantea la obra, el uso de borcegos en todas las actrices y una línea extremista entre la matriarca y la menor de sus hijas, adherida su rebeldía a flor de piel, despertando deseos propios de la juventud y por instantes aislada del concepto general de todas las demás, segura en su cuerpo como su madre, no así como el resto de las mujeres Mimí Ardú y Silvia Kutica edifican sus roles de criadas y ponen de manifiesto la despótica relación de Bernarda con ellas, aunque con instantes breves de complicidad, ambas expuestas a lo más injusto del trato inhumano que se les propicia y a pesar de esto fieles y leales, aunque revelando su desconformidad de manera irónica y cuidando los diretes de la casa. Forman una sólida red bilateral de sensibilidad en la contradicción de servir y cuidar. En esta primera entrega pudimos hablar con algunas de las protagonistas. - Silvia Kutika nos tiene habituados a éxitos y su ductilidad es reconocida en el ambiente ¿TV, cine o teatro, ¿qué te puede más? El teatro, por la proximidad de la gente, por la energía que se produce entre el espectador y el actor, por momentos parece que las respiraciones van juntas, es muy loca la sensación; pero la tele me acompañó desde el principio y te da popularidad. -El rol de Poncia es especial y quise saber de la construcción del personaje que navega en las aguas del servir y el cuidar Con respecto a Poncia, estuve viendo el video de la obra y lo que quise con mi personaje fue justamente que luchara entre el servir y su resentimiento por ser servil, sus deseos de marcar que ella ejerce presión como la de Bernarda con ella y por otro lado la contención con las chicas a las que vio crecer. Ve todo lo que sucede en la casa y trata de manejar las cosas, pero en esa casa no pasa nada...todo se tapa, no puede con ese mandato” - Inevitable dialogar sobre la mujer actual, futuro y proyectos - La mujer hoy ha ganado en el aspecto profesional se multiplica en su casa, en el trabajo con los hijos, pero creo que con todo eso se pierde un poco. En el remarcar que somos iguales a los hombres en cuanto a nuestros derechos asumimos tantas responsabilidades que nos desdibujamos un poco, esa es la sensación que tengo. En cuanto a la violencia o los vínculos violentos es algo a lo que no le podemos dar la espalda, hacernos los distraídos. Como sociedad debemos repudiarlos” -En cuanto a futuro y proyectos, por ahora son con Bernarda, tenemos un año por delante muy intenso, también la posibilidad de hacer tele, así que este 2015 viene pleno, gracias a Dios.” - María Rosa Fugazot brilla en su vínculo con todas, tiene con cada una diversidades de tonos que son apenas perceptibles, es genuino cada silencio y cada mirada. Sus inflexiones son las adecuadas en cada parlamento. Ella, fue sugerida por la misma Norma Pons antes de su triste partida ¿Es mucha responsabilidad asumir el rol? ¿Cómo encarnaste el personaje? -Es responsabilidad, pero también es un acto de amor!. Conozco la obra de Lorca y lo tomé desde los sentimientos fuertes: pasión, odio amor, miedo, envidia son comunes a todas las épocas! Por eso los clásicos, como  Lorca, siempre están vigentes!  Además, veo a la mujer actual como una luchadora que prueba su valor e idoneidad a cada paso y lo valoro mucho. En cuanto a mis proyectos, son siempre trabajar. Y espero seguir sana y entera para cumplir siempre. El público me ha recibido muy bien, con respeto y cariño” Lucrecia Blanco le aporta un dramatismo tan visceral que conmueve, casi desde un lugar neutral pero a su vez absolutamente comprometido, le preguntamos por su rol en la obra: “La composición de Amelia fue un trabajo compartido con Muscari, él tenía su propuesta clara y yo fui acercándole mis impresiones en los ensayos. Me costó bastante encontrar el camino a recorrer y en base a prueba y error fuimos descubriendo su densidad y colores. Ella maneja ritmos monocordes y su gestualidad es muy rígida y compacta. Hay represión y una abnegación total. Sigue el mandato de su madre a pesar de sus propios impulsos y construye una femineidad arquetípica cual "princesa amargada". Es un enorme placer para mí darle cuerpo a mi Amelia en cada función”. - ¿Cómo ves la mejor manera de equilibrar las relaciones de conflicto? Desde mi rol ella equilibra los conflictos ejerciendo el mayor control posible sobre sus hermanas cuando Bernarda no está. Aporta y se suma a la "fachada familiar" propuesta por su madre asumiendo esa posición e imposición como única alternativa posible sosteniendo así la hipocresía de la armonía familiar. No tiene conflicto propio, se nutre de los ajenos y es desde ahí, una de esas mujeres hambrientas y sedientas de hombres. - ¿Qué representa esta obra en tu exitosa trayectoria? Sin duda La casa de Bernarda Alba es una bisagra en mi vida profesional, no solo por lo que está aportándome artísticamente sino porque encontré amigas-hermanas en este recorrido que lleva casi ya dos años. También me llevo haber compartido por segunda vez el escenario con Norma Pons una mujer que amé y amo porque que marcó mi vida. -Hay Bernarda Alba para rato. Hoy, es lo único que ocupa por completo mi tiempo y energía. Las expectativas con Pinamar eran variadas y la respuesta del público fue unánime, van por más. El público de Pinamar fue muy receptivo y sensible, como es en general todo nuestro público. Estoy muy agradecida por como nos acompañan cada noche.” finaliza Lucrecia Blanco

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