Una ordenanza que se promulgó con el fin de agilizar el inicio de las obras en construcción, se sumó a la autorización que dese la provincia, vía protocolo, determino que se morigeraría el impacto de los derechos de construcción de las obras unifamiliares.
El arquitecto Ariel Galera, secretario de Planeamiento, se refirió a la ordenanza: “Cuando el 20 de marzo tenemos la cuarentena, lo más importante para la localidad al menos para la baja temporada son las obras, entre el 20 de marzo y el 4 de mayo -el momento que se terminaron habilitando las obras-, un momento de angustia para todos, la gente que no podía trabajar y cuánto iba a durar ese ahorro, en lo que empezábamos a pensar es en cómo podíamos fomentar porque sabemos que en un estado de cuarentena, con la imposibilidad de mucha gente de viajar para acelerar procesos de obra, muchas de las obras que se hacen en el invierno se trabajan en enero, febrero y marzo, digo los profesionales con sus clientes, entonces por un lado veíamos que eso se podía frenar porque no sabíamos que iba a pasar con eso, si bien nos imaginábamos algo parecido, la gente no iba a poder transitar por las rutas y eso iba a frenar el desarrollo de muchos trabajos, entonces empezamos a trabajar en distintas ordenanzas, algunas ya venían de arrastre, como bio digestores, fachadas, son ordenanzas que están en el concejo y que todas tienden a estimular el comienzo de la obra, estimular la mano de obra, no solamente para la gente que está con la cuchara, que está clavando madera en obras, sino también para todo lo que está alrededor, la gente que hace movimiento de terrenos, profesionales, y desde el municipio de alguna forma lo primero que pensamos es vivienda unifamiliar que es lo más fácil, lo más rápido que se puede documentar, y es a lo que se le podría dar un empujón”.
Fue como si desde el estado municipal se le dijera a los trabajadores y a los empresarios que a partir de ese momento y por un tiempo limitado el municipio no cobraría derechos de construcción. Galera entiende que quizás los derechos tomados en un todo no son un gasto de alta significación, pero asegura que para quien está tomando la decisión de iniciar una obra una facilidad puede ser el empujón necesario para iniciar un proceso de construcción.
“De hecho desde que está la ordenanza vigente se aceleró la presentación de algunos trabajos – aclara y profundiza - Primero el que se enteró que se iba a hacer esto esperó un par de días para presentarlo, pero también lo que generó es que aceleró algunos procesos de consulta, la ordenanza es válida creo que salió por 5 meses para presentar planos, y una vez que se presentaron planos, desde la aprobación, un mes para iniciar la obra, entonces eso hace que se aceleren esos tiempos, tampoco es que sea urgente y que la gente de un día para el otro tenga que iniciar el trámite ya que el periodo es extendido por lo que dura la cuarentena”.
Lo que queda en claro es un tema en el cual hay coincidencia con responsables de otras áreas y es que cuando se abre una fuente de trabajo o se termina con una medida restrictiva de la actividad hay un cambio en la ayuda social que se ve disminuida y con una baja significativa de demanda.
“El otro día en una reunión la gente de acción social contaba que de ayudar a 1000 familias cuando se reactivan las obras y arrancan los comercios pasan a ayudar a 300, o sea, eso es inmediato, la señal de la reactivación económica por las obras, entonces cuando eso sucede y como en el momento que las obras estaban frenadas lo único que uno podía hacer además de pedir en provincia que es lo que le contábamos a la gente, es generar los elementos para que en el momento que reactive lo haga realmente en serio, entonces uno tratar de que con estas herramientas legislativas acelerar estos procesos, es ahí cuando uno se siente que es útil y estar en la función tiene sentido, esa ordenanza pasó rápido, no se con cuantos a favor y cuantos en contra, porque creo que hubo alguna observación, pero la ordenanza está vigente y creo que es una buena noticia”, concluyó.