Las cuatro acciones que promueven la salud de los riñones son:
1 Evitar el exceso de sodio: la Organización Mundial de la Salud recomienda un
consumo máximo a 5 gramos de sal. Para no sobrepasar esta ingesta se aconseja
consumir alimentos frescos (frutas, verduras, lácteos, cereales y carnes) en lugar
de envasados y enlatados, evitar snacks, fiambres y embutidos y no agregar sal a
las comidas una vez servidas.
2 Hidratarse: el mejor líquido para el cuerpo y los riñones es el agua. Asegurarse
que sea potable y la cantidad adecuada de acuerdo a la edad del niño.
3 Mantener un peso corporal saludable: la obesidad es un factor de riesgo de
enfermedad renal.
4 Hacer ejercicio: Esto junto a una alimentación saludable ayudará a mantener
un peso saludable.
Cuando los riñones no funcionan bien, no eliminan sustancias del cuerpo que son provistas por algunos alimentos.
Por eso en estos casos donde hay una enfermedad instalada es importante el seguimiento con un nutricionista especializado en nefrología, que determine las necesidades según su estado nutricional, edad y momento de la enfermedad renal y en base a ello ajuste su alimentación.
La indicación de ciertos nutrientes, por ejemplo, puede llegar a modificarse cuando el niño realiza diálisis o luego de un trasplante renal. Esto evitará restricciones prolongadas o innecesarias y favorecerá la adherencia del niño al tratamiento nutricional.

Fuente : Sociedad Argentina de Pediatría
Dra .Beíy Sabbaíini M.PJ. 13529