(Colaboración Paola Ippolito).-En una enriquecedora entrevista con Darío, logramos desentrañar algunas inquietudes, conocer más al autor y docente , desde un lugar posible

-La certeza se me representa como un muelle solitario. ¿Para qué sirve la filosofía? Nos lleva a un mundo de interrogantes donde la única certeza es la noche¿La noche nos conecta mejor con lo insondable?
El problema con la filosofía es que al revés de lo que se supone, que tiene sentido en el mundo de lo cotidiano desde el sentido común, la filosofía no se hace preguntas para contestar respuestas, lo que se hace son preguntas para cuestionar las respuestas establecidas. Por eso, cuando uno hace filosofía, no encuentra certezas, sino que demuele las certezas hegemónicas, ¿no? Es más que una forma de encontrarse, es como una válvula de escape. O sea: la filosofía nos pierde, no nos encuentra, nos pierde en el sentido incluso económico que uno se pierde, y pierde, cuando hace filosofía.

- ¿Tiene que ver con esa asociación a la nocturnidad?
La noche es el lugar de la perdición de la desdiferenciación, de la penumbra donde de algún modo todo se confunde y se ambigua, pero bueno, al mismo tiempo genera esa sensación poética y al mismo tiempo erótica, ¿no? De querer saber y querer tener esa sensación de pérdida, porque es algo completamente diferente a lo que uno está acostumbrado.

- Rayuela y Spinetta marcaron un inicio en tu vida, en la versatilidad de tus actividades, música, docencia, televisión, comunicación. ¿Dónde nadás más cómodo?
La mayor comodidad es la docencia, siempre, porque nací de ahí, porque antes de saber que me gustaba la filosofía, supe que me gustaba la docencia. Mi vocación es la de ser docente, más que la filosofía. Lo de la filosofía se vuelve un contenido que no es sólo

-digamos- temático, sino que también la forma misma de la filosofía supone como toda una pedagogía, entonces para mi es inescindible una más mediática o teatral, los puedo disfrutar depende el tipo de proyecto en el que esté. Disfruto mucho hacer teatro, pero también la televisión cuando hice “Mentir a la verdad”, que fue un programa que me encantó hacer. Escribir me encanta…no hago diferencia.

-Atravesamos una sociedad donde los mandatos del éxito están a la orden del día. ¿Cómo encontrar el equilibrio entre la tecnología bien entendida, y una necesidad del ser reflexivo?
Yo estoy en contra de la grieta entre los optimistas de la tecnología y los apocalípticos,  esa vieja idea de Umberto Eco de “Apocalípticos e Integrados”, sino de la tecnología como transformadora, y otros que creen que es disolutoria de la condición humana. Tampoco acuerdo con la antinomia de que “usar tecnología cohíbe lo reflexivo”, porque nadie reflexiona si no es dentro de un marco tecnológico. En todo caso, habrá que ver hasta qué punto cambian los tiempos, las formas de concentración con la informática.

- ¿Podríamos decir que los nuevos formatos de comunicación generan un nuevo enfoque de pensamiento?
Las nuevas tecnologías son nuevas formas de reflexión. Estábamos acostumbrados a las formas instituidas de pensamiento, que tiene que ver con otro paradigma. En el marco de las redes se abren muchas posibilidades, por ejemploTwitter, que es la reducción de los escritos a 280 caracteres. Lo podés tomar como un encorsetamiento, o como un formato que exige decir lo importante en esos parámetros, o generar preguntas o lo que fuera.

-La filosofía, desde su abordaje, implica una reivindicación del preconcepto sobre la dificultad que supone. Con las clases transportadas al último libro, entiendo que podemos acercarnos desde un lugar de mayor comprensión considerando el eje vertebral de temas relevantes
Sí, sí. Mi último libro “Filosofía a martillazos” es un libro de divulgación,que no lo hace más fácil o más difícil, sino que trata de conectar los grandes temas filosóficos en cuestiones de la vida cotidiana. Entonces, si trabajo el amor o la verdad o las creencias más que una disquisición teórica sobre pensadores, trato de llevarlo al cotidiano de cada uno y empezar a deconstruir esas formas que uno tiene naturalizadas y cree que son únicas, empezar como a provocarlas a martillarlas, en el sentido nietzscheano, asique, me parece un buen acceso para aquel que nunca leyó filosofía.

-La deconstrucción de Derrida es un concepto recurrente para desmitificar lo absoluto. ¿Esto se relaciona con la imperiosa necesidad de transformarnos en una sociedad con mayor compromiso, empatía y puesta en valor de lo solidario?
La deconstrucción para mí es clave para pelearse contra uno mismo y salirse del esquematismo en el que uno está muchas veces arrojado. A partir del cual, no visualiza sus propios contornos y cree cuando uno piensa,está pensando, que cuando uno siente está sintiendo, que cuando uno desea está deseando, deconstruís antes que nada ese uno, te das cuenta que hay una tensión entre lo que uno cree que libremente genera, y el tipo de libertad en el que uno termina estando condicionado, ¿no? Parece, en ese sentido, es un arte de la apertura absolutamente emancipatorio como arte, porque te está exigiendo salirte de cualquier piso en el que te sientas cómodo, firme o habituado que son todos sinónimos para la filosofía del encorsetamiento.Entonces la deconstrucción una vez que la echás a andar, no sólo deconstruís un aspecto, sino que ese aspecto como efecto dominó te empieza a abrir la puerta para que todas otras categorías también se deconstruyan:la identidad nacional, cultural, individual, lo que sea,es para mí un pensamiento de izquierda. Digo, hoy, para mi ser de izquierda es apoyar la deconstrucción.

-¿Tenés algún miedo irracional?
Con la salud. Me da miedo estar enfermo, entonces no voy al médico.

- ¿Un hobby?
Me gusta andar mucho en bicicleta, jugar al futbol , hacer yoga, cuestiones que pasan por el cuerpo

¿Un lema para tus hijos?¿Un eje entre la adolescente y el más pequeño?
El lema para mis hijos es la definición que más me gusta del amor: que es retirarme para que el otro sea, básicamente.Trato todo el tiempo que mis hijos puedan crecer y que yo no me vuelva un límite negativo, restrictivo, represivo, sino simplemente casi mayéuticamente te diría, alguien que esta cuando ellos lo necesitan y que pueda guiar en función de su necesidad, no alguien que vaya a bajar línea o a exigir cosas.

Debo destacar, como comunicadora, lo que a mi entender es un pilar del pensamiento socialmente comprometido, partiendo del concepto derrideano de democracia como un espejo íntegro y completo del que quedó relegado en un sistema de privilegios desiguales, este libro nos compromete a vernos más allá del individualismo que supone esta época y comprometer el pensamiento y la acción en una misma dirección.Acceder a los conceptos de verdad, amor, democracia, arte, democracia, supone un entramado profundo que nos invita a ver la filosofía como una herramienta que nos saca de nuestra zona de confort para percibir otros puntos de vista.

¡Darío nos guía en este descubrimiento a través de un libro dinámico que nos deja con ganas de más!