(Colaboración: Paola Ippolito)Ella representa una mujer inspiradora, que nos espeja con la que queremos ser, esa mujer que se lleva el mundo por delante y deja en evidencia su feminidad en un andar fluido y sutil.

Esta nota no es una más, es un diálogo donde profundizamos conceptos que alguna vez compartimos, donde regresamos a sus libros y a sus corazonadas.

Esta charla es una cálida manera de darle la bienvenida, una vez más, a Pinamar a una escritora que reivindica el rol de mujer fuerte y femenina.

Sus antiheroínas son imperfectas, vulnerables y seguras de defender sus sueños, por sobre todo, humanas.

- Pasaste los diez libros, ¿solés hacer balances?
No hago balances, me gusta dejarme llevar y que la vida me sorprenda.  Para mí escribir es una pasión así que los balances no me servirían de mucho.

-Las vocaciones, ¿nos eligen?
Soy una convencida que a las vocaciones  las traemos grabadas en el adn. Son gustos, inclinaciones y facilidades que están dentro nuestro y existen más allá de una elección consciente.

-Para contextualizar el escenario histórico social de dos planos de tiempo, te llevó investigar, estudiar y armar un orden, en la práctica, ¿qué elementos usas, mapas, croquis, afiches?
Uso muchos recursos de estudio: croquis de dos afiches enormes que pego en la pared. Tenía uno donde escribía con azul lo que había sucedido mes a mes en la guerra civil española. Y arriba con rojo lo que harían mis personajes.  Para que no hicieran nada contrario a lo que paso en la realidad.

-El exilio nos ancla a nuestra identidad, aunque suene paradójico, dejar ir para aferrar. ¿Te resultó un tema  cíclico de reflexión para luego volcarlo a la novela?
Me gustaba hablar el tema del exilio porque en un país como el nuestro siempre nos toca de cerca. Porque alguna vez llegaron nuestros abuelos en barcos y ahora se nos van los hijos en los aviones. Quise tocar las dos puntas de esa viviencia. Ayer y hoy. 

-Hay una analogía poética entre la naturaleza y el ser humano, el hecho de florecer y marchitarse, la violencia y el amor como ejes vertebrales, lo intangible del alma y las flores como sujetos. ¿Subyace un mensaje de cuidar el planeta que habitamos y también el alma que nos habita?

-Creo que el mundo verde de la naturaleza está más ligado al de los seres humanos de lo que creemos e imaginamos. Ese mundo siempre hace bien las cosas, el ser humano es el único que arruina su propio cuerpo. Creo que si estamos cerca de lo verde tenemos chance de recibir el mensaje que cada flor, planta, árbol, playa, etc. tiene para darnos a fin de que vivamos mejor.

-Rafael y María trascienden los estándares, él se revela como un hombre que se permite ser emocionalmente vulnerable, y ella a sus tempranos 18 años desafía mandatos, ¿Visualizás a tus personajes antes de darles vida o se forjan en el proceso?
Cuando empiezo a escribir tengo muy pensada la personalidad de cada personaje pero aun así a medida que la escritura de la novela avanza ellos muchas veces hacen actos inesperados. Actos que yo no había planeado que hagan. Toman vida propia. 

-¿Qué representa este premio Planeta?
El premio planeta España es el más importante del mundo de habla hispana

Poder quedar primera entre las 10 finalistas y luego tercera entre los miles que mandan sus obras de todo el mundo, fue para mí una gran emoción. Es importante porque abre puertas para que se edite el libro en todo el mundo. Pero siempre el mejor premio para un escritor es que el lector lo lea y los disfrute. No hay premio mejor que ese. 

-¿Cómo te vinculás con el personaje, te cuesta dejarlo ir?
Cuando uno termina de escribir un libro cuesta despedirse de los personajes con los que uno convivió cada día. Hay una especie de duelo.

-¿Cuál es tu visión acerca de la ola cultural en este presente de la Argentina y proyectado a 5 años?
Argentina tiene muchos problemas y desafíos por enfrentar pero la cultura es, y siempre será su tablita salvadora. De ella surgen una y mil soluciones. La cultura es el camino. Hay que agarrarse fuerte de ella. Transmitirle a los hijos y a los que vienen detrás nuestro el gusto por un buen libro. La charla constructiva con ideas fruto de pensar y estudiar.

- Tus “mujeres” son antiheroínas, desafían convencionalismos, abren una línea de pensamiento con la que resulta amigable identificarse, has hecho de tus protagonistas mujeres posibles. Alba es una de ellas, ¿Cómo llevaste al límite su phisique du rol?
Alba es una mujer actual y sufre lo que sufren las mujeres actuales. Su mente se lastima en donde hoy es lo que se vive y duele. Así como María sufría otro tipo de lucha por ser mujer en 1936. Son dos mujeres y dos épocas. Dos dolores y dos formas de salir de él buscando la alegría y con la ayuda del amor.

- Hablar de presente con Viviana, nos remite inevitablemente a preguntarle por sus proyectos y logramos que nos anticipe de qué va
Escribir un nuevo libro y hacer una nueva miniserie. 

-¿Qué lee Viviana Rivero?
La traición de Rita Hayworth, de Manuel Puig. Tokio Blue, de Murakami. Y Belleza Radical, de Chopra.

El backstage del escritor es un mito al que todos queremos asomarnos, y detrás de la escritora hay un ambiente ideal
“Un contexto creativo ideal: solo una computadora y tranquilidad. No necesito más que eso, porque a la hora de crear nada me distrae. Amo lo que hago y disfruto muchísimo sumergirme en la escritura de una historia”. 

Este ciclo es, sin duda, un formato innovador que conserva su éxito y se consolida a través de la continuidad, el prestigio de sus autores y el compromiso con el público. La moderación de Nino Ramella, su tieming y expertise, confirman que se trata de un enriquecedor intercambio.

Agradecimiento a la impecable gestión y producción de Franganillo Comunicación, a cargo de Marcelo Franganillo.