Mi estimada amiga:He aprendido de vos un poco mas acerca de las dualidades de ser humano o, quizás, de las relaciones estrechas. El cariño y el recelo, el respeto y el temor, la compañías y la libertad todo va de la mano y yo soy añoso mas no sabio, entiendo hoy que no he aprendido de la doctrina de desapego que pregone tanto.   Me niego a no ser, aunque por unas pocas horas, tu guardián y protector, sin embargo se que la vida no debe ser (tengas una o siete, como dicen), nunca para nadie, una prisión y debo abrir las ventanas y darte, o dejarte tomar, todo el aire que existe, pues es nuestro derecho mas importante.   Espero haberte dado el nombre que, como yo creía entonces, mas se ajusta a vos.Espero atravieses con flechas a los impíos todos y especialmente a aquellos busquen dañarte.Espero demandes, con tu afilado sentido de la justicia, igualdad y respeto.Espero vivas el mundo en todo y cuanto puedas, sin limites ni ataduras, no como quien te escribe, que teme a los actos mas naturales, como tu propio crecimiento, con apego y empeñado ahínco.   Espero que siempre vuelvas aquí, donde estamos quienes te queremos y que, al mismo tiempo, encuentres otros lugares donde querer y descansar.   El mundo todo te pertenece, gran Ártemis.   Tuyo siempre, Telésforo. Matías Marques Monteiro (m.marques.monteiro@gmail.com)