26/04/2015 - Por el Dr. Mariano Cima
Anécdotas ocurridas en el antiguo Tuyú (67)

Continuamos compartiendo una serie de muy interesantes anécdotas ocurridas en el antiguo Pago del Tuyú, y que han sido recopiladas y escritas por el Dr. Mariano Cima.


En esta ocasión, la nota 67… LA PELEA DE ROBUSTIANO JIMENEZ Y VICENTE ALDERETE: Tiempo antes se habían encontrado en la Pulpería de Don Francisco Echevarría, y habían tenido una "diferencia"; algunos dicen que era por unos pesos prestados. En una noche del verano de 1855, de vuelta en la misma pulpería Vicente Alderete, ya estando "divertido" se entera que en la casa del moreno el "Tío" Madero, a unas seis cuadras de allí, estaba su contrincante, Robustiano el "Casandero"Jimenez, asi que sin perder tiempo enfila su caballo en ésa dirección sin que su mano soltara la botella... Era de esperar que en la casa de Madero no iba a recibir un gran saludo, asi que luego de acomodar su caballo en el palenque, pasa derecho a la cocina y se sienta junto al fuego. En la misma, no sólo se encontraba el "Casandero", sino también los hijos del dueño de casa, Jacinto Burgos un jornalero de 18 años de edad, su madre Doña Brigida Bustos, que se dedicaba a lavar ropa a los ocasionales huéspedes, y una joven vecina de 22 años que vivía a una cuadra, llamada Juana Rodriguez, en ése momento estaba sentada cociendo unas prendas. Por su parte el moreno Madero se sentía enfermo y a ésa hora estaba en cama. No duró mucho la "reunión" ya que a tan sólo unos minutos Vicente Alderete sale al patio, y desde allí lo llama a Jimenez. Al instante, el jóven Jacinto le previene de las intenciones del "visitante" ya que había oído decir que lo iba a apuñalar asi sea de calla´o... Es así que el Casandero va a las piezas a buscar su cuchillo y pasa de vuelta por la cocina acomodándoselo en la cintura; pero se escuchó el caballo de Alderete que salía para el lado de las carretas de Brandan en la "Loma Alta". Ya lanzado, el "Casandero", monta al suyo y sale por detrás, alcanzándolo en apenas una cuadra. Y acá se divide la historia..., algunos testigos desde lejos dicen que los vieron pelear a cuchillo desmontados, donde incluso alcanzaron a cruzar algunas palabras: "asi que me quiere matar?", fue la pregunta de Jimenez, y por respuesta, Alderete le dijo solo una palabra: "si". Otros informan que cuando Jimenez alcanza a Alderete lo apuñala desde el caballo, por lo que inmediatamente éste cae al suelo, y allí le da una segunda puñalada. Según parece Jimenez estaba por retirarse pero ve llegar a dos jinetes más que desmontan rápidamente. Sin dejar que lo sorprendan el "Casandero" los atropella con el facón, pero éstos le gritan que ellos venían también detrás de Alderete porque les había robado un coginillo...El panorama para Alderete no podía ser peor, en el suelo, rodeado y malherido, poco ya podía hacer para defenderse, asi que sólo atinó a acomodar un poco el cuerpo sin soltar su cuchillo, y esperó.... Este movimiento no le pasó por alto a unos de los nuevos contendientes, un tal Juan Rodriguez, quien le dijo a Jimenez: "aún hay vida..."últímelo, no tenga cuidado, que al fin somos todos hombres y le guardaremos el secreto...". Y ahí terminó la vida del duro gaucho Alderete, "despenado" en el suelo, pero todavía su mano sostenía el facón. El otro de los visitantes, Tomas Aguero, ayuda a ocultar el hecho, escondiendo a Alderete en el medio de un duraznillar cerca de los corrales, y se retira junto a su amigo Rodriguez. Jimenez, para "tapar" la escena del crimen, mata a su caballo en ése lugar... y al rato vuelve a la casa del "Tío" Madero. Quizás alertado por su familia, o para tomar un poco de fresco, sale y alcanza a ver en la noche el animal muerto, por lo que de regreso comenta y pregunta de quién era ése caballo?, "mío - dijo el "Casandero" -, lo maté pa´sacarle las botas...". Al día siguiente, el mismo Jimenez le confiesa el crimen a Madero, quien le pide que se retire de la casa para no comprometerlo, pero el matador no tenía la menor intención de retirase sino que se quedó varios días más allí. Es de imaginarse, el "clima" que se vivía en la casa, tanto es así que comenta el moreno que lo "notaba de mal modo" a Jimenez y que lo "miraba entre ojos" . Por las dudas, éste lo intimó a que no dijese nada por que "si no le iba a quitar la vida". No obstante, Madero se las ingenió para ir en busca del Teniente Alcalde del Cuartel 2º, Don Manuel Antonio Vazquez, quien "convenció" al "aquerenciado" Casandero a retirarse, aunque no fué muy lejos, ya que se instaló previa licencia en la Esquina de Don Echevarría. Estando allí aprovechaba a media noche a ir "de visita" a lo del moreno, golpeándole la puerta y paredes, para recordarle lo sucedido... El tiempo pasó hasta que la noticia llegó a oídos de otro Teniente llamado Domingo Ruiz. Este sabía que Jimenez lo había estado buscando e incluso le dejó unos recados con su mujer, Doña Nieves Acosta; "dígale que lo preciso mucho...". A los días lo encuentra viniendo de Dolores, junto a su hermano Eusebio Ruiz, en un billar de la Esquina de Don Pedro N. llamada "La Chumbeadita", llamándole la atención que Jimenez estaba esquivo y con el sombrero hasta los ojos...pero igualmente lo encaró y le preguntó cuál era el asunto que tenía que hablar. El Casandero no anduvo con vueltas y le informa lo sucedido, pero le expresa: "espero de su amistad, y me guarde el secreto"..."he sabido que oculta muertes, y hace acuerdos"...según le dijo un santiagueño llamado Domingo Salvatierra, pero... Ya era Agosto, cuando se inicia formalmente el sumario a cargo del Juez de Paz del Tuyú, Benito Martinez. El día 10 de agosto de ése mismo año, con el Sargento del Juzgado y cuatro Guardias Nacionales, son enviados presos a la Cárcel Pública de Dolores, el moreno Matías Madero, su hijo, Jacinto Burgos, su señora Brigida Bustos, Juana Rodriguez, Juan Rodriguez, y Domingo Salvatierra. El Casandero y Tomas Aguero estaban prófugos en ése momento. Después de buscarlos intensamente en los Montes del Tordillo, ambos son capturados en Dolores. En septiembre, a pedido del Juez del Crimen, Don Justiniano Cueto, es encontrado el cuerpo del delito, tal como lo confesó Jimenez, en el duraznillal cerca de los corrales. Se labró un acta que fué firmada por los Tenientes Alcaldes Manuel Vazquez, Domingo Ruiz y el pulpero Don Francisco Echevarría. Duro en su acusación el Fiscal Don Cipriano Muñoz, convencido que fué un crimen premeditado y reconociendo el acusado que él fué quien provocó a Alderete, no duda en pedir la pena de muerte para Robustiano Jimenez. La Defensa a cargo de Don Pedro García, alega que se trató de una pelea "a campo" y que no está suficientemente probado la voluntad de cometer el crimen, y solicita al Juez que se le imponga una pena de cumplimiento de trabajos públicos o al servicio de las armas. Mientras, las mujeres, Juana Rodriguez y Brigida Bustos, son puestas en libertad, por el lamentable estado de su rancho y el resto de su familia, como así también los impropios alimentos de la cárcel principalmente para Juana Rodriguez "que está criando". El día 25 de Julio de 1861 se dictó sentencia, condenando a Robustiano Jimenez a la pena de 10 años de trabajos públicos forzados. De los demás acusados, no hay más constancias procesales, pero todo hace pensar que fueron puestos en libertad.

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